Despertar del demonio
Sentada en frente, poniendo clara atención a lo que
hay escrito en el pizarrón... no es así… en realidad está escuchando
atentamente como se mofan y burlan de ella sus compañeras del fondo, las más
populares, las que se dedican a hacerle la vida imposible.
El profesor regresa de su ausencia, las voces
guardan silencio; por el momento. El liberador timbre anuncia la culminación de
las clases, todos salen disparados por la puerta ▬incluyendo a la autoridad de la clase▬, se apresura para salir de la estancia… pero una
vez más no es capaz de lograrlo.
▬ ¿A dónde con
tanta prisa? ▬le pregunta
burlonamente la líder de las dos chicas que la acompañan, rubia y atlética.
Ella no le responde al loco para no engrandecerlo,
pero al no recibir respuesta decide tomar medidas drásticas; le tira todas sus
plumas y cuaderno al suelo: agotando la paciencia de la agredida, empezando el
despertar del demonio que hay dentro de ella.
▬Ay, perdón, fue
sin querer ▬dijo sínicamente,
se posicionó delante de ella, las otras dos custodiaron sus flancos.
▬Levanta eso ▬le ordenó con voz cansada pero firme.
Tanto la agresora como sus ayudantes la vieron con
burla y curiosidad, la rubia sonrió con soberbia y su mano se precipitó a los
largos cabellos de su presa, pero la presa fue más rápida y le hizo frente a su
depredadora; le dio una patada a la altura de su estomago ▬sofocándola▬, logro que cayera en su parte trasera: perdiendo la gracia que la
caracteriza.
Se levanta de su lugar con adrenalina corriendo por
sus venas, el demonio logro despertar finalmente; se desata su ira con frenesí
incontrolable.
Las compinches se abalanzan sobre ella, adopta su
posición de defensa, esperando el primer movimiento de sus contrincantes, sin
perder tiempo; a la primera le da un gancho debajo de su barbilla y a la
segunda una patada hacía atrás: dándole de lleno en la cara, ambas quedan
noqueadas.
Se dirige decididamente a paso lento hacía la
primera afectada ▬la rubia la ve
con miedo, nunca pensó que su víctima explotaría y desataría su ira contra ella▬, se queda a dos pasos de distancia, se le forma
una gran sonrisa sádica en el rostro, la otra retrocede por el suelo con
terror, esperando lo peor.
▬ ¿A dónde con
tanta prisa? ▬repitió la
pregunta que le hizo ella antes, su sonrisa se ensancha más al verla temblando.
No permitiendo que se defienda; le da una patada
con fuerza en la cara, la otra queda perdida por el golpe, le da otra patada ▬ahora en el pecho▬, con su pie la empuja, así quedando su espalda
contra el suelo, se sienta a horcajadas sobre ella.
▬ ¡Este es el
despertar del demonio! ▬le dice sádicamente y con ira.
Reparte puñetazos por toda su cara, hasta
desfigurársela, cuando se siente complacida, se retira del lugar con sus cosas
en mano.
Aplaco una vez más al demonio, esperando su nuevo
despertar con ansias.
Retorcida creencia
Una vez más le dan todo a él, todo para él,
absolutamente todo…
No sé por qué las cosas son así, soy el menor;
deberían cumplir mis más pequeños caprichos, no restregarme que mi hermano
mayor lo merece todo por sus acciones y pensamientos, porque es el mayor,
porque trabaja y estudia al mismo tiempo, porque es un hijo ejemplar.
Lo veo sentado en una de las sillas del comedor, en
frente de su laptop semi nueva ▬puesto que tiene ya más de un año con ella▬ es de color negro y marca hp. Según él está
haciendo su tarea de la universidad.
▬Ángel, por favor; no te desveles mucho, sé que estás haciendo tú tarea, pero es
viernes, mañana puedes hacerla ▬le dice mi madre con cariño.
Inevitablemente ciento
envidia por “ese”, a mí me obligan a hacer mi tarea los viernes y eso que estoy en el turno
vespertino, si quiero puedo hacerla sin problemas el lunes en la mañana.
▬Lo sé mamá, pero mañana aún voy a trabajar; quiero tener esto listo y descansar el domingo ▬le responde él con una sonrisa,
voltea verme▬. O también podemos pasar el día juntos, ¿quieres Ricardo? ▬me pregunta tontamente
ilusionado.
▬No gracias, ya tengo planes ▬le respondo de mala gana.
▬No le respondas así a tú hermano ▬me regaña mi madre, poniéndose una vez más de su parte.
▬Déjalo mamá, ya será en otra ocasión ▬disque me defiende, ni en sus sueños vuelvo a salir con él a alguna parte.
Antes sí salíamos, éramos muy unidos, pero
todo cambio cuando él entro a la universidad, es mayor que yo dos
años, estábamos en la preparatoria juntos, él en quinto y yo en primer semestre.
▬Me voy a dormir ▬informó a los presentes, es mentira, lo único que quiero es
dejar de ver la tonta cara de mi hermano.
Pasan unos cinco
segundos… me levantó con un enojo y una envidia terribles, mi madre me ignoró completamente; todo
por servirle la cena al idiota de Ángel y a mí ni me ofreció.
Me voy casi corriendo del comedor, subo las escaleras rápidamente, abro la
puerta de mi cuarto con rabia y la azotó para que se cierre detrás de mí, le
pongo el botón, enciendo el estéreo e introduzco el disco de mi banda favorita
“Bullet for my Valentine”, empieza en la canción “Scream Aim Fire”, pero me saltó a la número cuatro, titulada “Waking The Demon”, subo todo el volumen, me acuesto en mi cama ▬antes de mi hermano▬, empiezo a ver todo lejano y finalmente el sueño me vence y me quedo
dormido.
Abro mis ojos con pereza y cansancio, veo la hora,
pero en vez de ubicar mis ojos en el reloj; lo hago en un sobre que dice
“ticketmaster”, me levantó como si me impulsara un resorte, lo abro con el
corazón latiéndome a mil, dentro hay dos boletos para ir a ver en vivo a mi
banda favorita… toda envidia se esfuma de mí.
Gracias hermano.
¿Ayudar? Ahora sé que es
Desde pequeña pudo lograr destacar entre los demás,
lo que se proponía lo lograba, hasta ser la mejor en todo lo que quería,
obteniéndolo todo.
Muchos la admiraban, otros la envidiaban, siempre
fue la más popular, pero siempre estuvo llena de soberbia, hacía sentir mal a
todos la que la rodeaban, incluyendo a sus amigos, finalmente se quedo sola y
la soberbia se hizo su única y mejor amiga.
La dulce y querida Alejandra, empezó su vida llena
de soberbia a partir del kínder:
▬ ¡Yo voy ahí tonta! ▬le informó con una sonrisa torcida en su infantil
rostro, la niña agredida verbalmente se hizo de oídos sordos y no se movió de
su lugar▬. ¡¡Dije que te
quitaras!! ▬ahora le gritó y
le jaló el cabello, hasta que logro quitarla, la otra niña lloró desconsoladamente
y la agresora sonrió con triunfo.
En la primaria, en quinto año se hizo novia del
chico más popular, en sexto terminó con él de la peor forma posible;
humillándolo en frente de todo la escuela, demostrando así que ella es la que
manda en las relaciones.
Esto pasó en la preparatoria, tratando a todos por
igual importándole poco a cuántos hacía sufrir, todos recibían lo mismo, sin
excepción.
▬Quítate de mi
camino cuatro ojos ▬le gritó autoritariamente a una pobre chica que estaba perdida, buscando
su salón.
▬Perdón ▬se disculpó y se movió inmediatamente de su camino,
la hermosa joven de 17 años, de cabellos largos color castaño, ojos verdes,
alta y de buena figura la miró despectivamente, entro a su salón; empujando a
la chica de lentes agresivamente.
Se vistió con todo esplendor; exhibiendo su
belleza, era el primer día de clases, acaba de entrar a su tercer semestre de
universidad, de nuevo varias miradas se posan en ella.
Camina con gracia y soberbia ▬como siempre▬, haciendo menos a los demás, demostrando en clase que ella lo sabe y
puede todo.
Ocho de septiembre del 2013, 12 de la noche.
Traía puestos los audífonos, con música a todo
volumen, sin previo aviso su madre la llamo a gritos, ella entre asustada y
desconcertada la mira sin enterarse de nada, se quita los audífonos.
▬Vamos con
Emanuel, las cosas se están poniendo feas ▬le dice alarmada la mujer que le dio la vida.
Ella rueda los ojos y se levanta, sigue a su madre
hasta afuera, se queda apoyada en la camioneta estacionada, su madre va hasta
la casa de sus vecinos ▬amigos de la familia desde hace años▬, resopla y la sigue.
Escucha llantos y sollozos que le llegan al
corazón, entra y ve a las hijas de su vecino llorar con gran dolor y tristeza,
se acerca a ellas, en cuanto la ven la abrazan fuertemente, se desahogan en su
pecho…